Aunque las telecomunicaciones han estado presentes en Venezuela desde las primeras décadas del siglo XX, un hito importante lo marca la Ley Orgánica de Telecomunicaciones (LOTEL), promulgada en 2000. Es desde entonces, cuando han jugado un papel aún más crucial en la vida de los ciudadanos, impulsando el crecimiento económico, la inclusión social y la transformación digital del país.
Por Edgar Rincón
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Durante las dos décadas posteriores a la LOTEL, las telecomunicaciones en Venezuela experimentaron un auge significativo. La telefonía móvil se masificó, Internet se expandió y nuevos servicios como la televisión por cable e Internet satelital se hicieron accesibles, convirtiendo al sector en un motor fundamental de la economía venezolana, generando empleos, atrayendo inversiones y contribuyendo al Producto Interno Bruto (PIB).
Pero a pesar de estos avances, motivados en gran parte por la necesidad de conectividad, también ha habido grandes desafíos: falta de inversión en infraestructura, inestabilidad económica, cambios en las regulaciones y el estancamiento de las tarifas de servicios, impidiendo llevarlas a los valores reales.
No obstante y a pesar de los retos, esta área sigue teniendo un enorme potencial para Venezuela, con una importancia transversal a la economía nacional. La adopción de nuevas tecnologías como la 5G y el Internet de las Cosas (IoT) tiene la posibilidad de abrir nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social del país.
Ha sido largo el camino desde la aparición de la Ley Orgánica y aún queda mucho por hacer. ¿El objetivo? Garantizar el acceso universal a servicios de calidad y accesibles para todos los ciudadanos, quienes también deben tener una conciencia clara de su importancia y utilización efectiva.
Un sector fuerte y resiliente es esencial para el desarrollo sostenible de Venezuela.
