Una historia de esfuerzo familiar que transformó la adversidad en sabor, creando momentos felices y llevando el corazón barinés a mesas dentro y fuera de Venezuela
Por Eudomar Chacón Hernández
Fotos cortesía de Kingpastel
En 2018, en medio de una etapa marcada por el duelo y la incertidumbre, nació Kingpastel. “Un año antes había fallecido mi padre. Emocional y económicamente era un momento difícil para mí y mi familia”, recuerda Julio Soto, presidente de la marca. Junto a su esposa, Betsabel Heredia —vicepresidenta y aliada fundamental en esta travesía— decidieron transformar la necesidad en oportunidad. “Aunque no soy chef, crecí entre olores de cocina. Sabía que podía aportar desde la gestión, la calidad y la innovación”, afirmó.
Lo que comenzó como una producción casera de pasteles en la cocina materna, pronto se convirtió en un carrito callejero, y luego en un local en el C.C. Forum, en Barinas. “Sobrevivimos y crecimos en plena pandemia”, indicó con orgullo. Hoy, Kingpastel emplea a más de 80 personas y lleva el sabor barinés a cientos de hogares, con presencia nacional y una línea de productos congelados en expansión.
Su propuesta se distingue por su calidad premium, servicio cercano e innovación constante. “No vendemos comida; creamos momentos felices que saben a Venezuela”, afirmó el vocero. Desde el clásico pastel de pabellón hasta formatos modernos como el Gordon Bleu de pollo, la marca honra sus raíces sin dejar de evolucionar.
Su modelo de franquicias ha sido clave para escalar. “Nos permite crecer rápido, mantener estándares y llevar el sabor de Kingpastel a más venezolanos”.
Los franquiciados acceden a una marca consolidada, capacitación continua y una comunidad colaborativa, con retorno de inversión estimado entre uno y dos años.
La relevancia de la marca en un mercado dinámico se sostiene en una estrategia integral: innovación de sabores, conexión emocional con sus clientes, expansión multicanal y compromiso con la sostenibilidad. “Usamos ingredientes de productores locales, optimizamos recursos y donamos comida en buen estado. Ser sostenibles es trabajar con calidad y responsabilidad”, señaló Soto.
Con presencia en tiendas físicas, delivery express y supermercados, la marca apuesta por el marketing digital como motor de crecimiento. “WhatsApp e Instagram nos permiten vender, escuchar y fidelizar en tiempo real”.
De cara al futuro, Kingpastel proyecta abrir nuevas tiendas en Venezuela y llegar a comunidades venezolanas en Colombia, EE.UU. y Panamá. “En cinco años, seremos un símbolo de orgullo nacional. Seremos el abrazo que une a los venezolanos donde quiera que estén”, concluyó.
