Comstat Rowland: reputación estratégica

Acercándose a los 40 años de trayectoria, la empresa de comunicaciones muestra un balance positivo y ajusta tuercas con miras al futuro

Por Ángel Ricardo Gómez

Fotos Iván Fraga

Comstat Rowland nació el 16 de septiembre de 1986 sin sede, sin nómina, sin escritorio, con una máquina de escribir prestada, un cenicero y una lupa. Eso sí, con mucho entusiasmo. Así lo recuerda siempre su fundadora y vicepresidenta ejecutiva, Silvia Bernardini, quien comenzó junto a su hermana, Maria Renza, y Gladys Fernández.

Bernardini, quien nació en Roma, Italia, llegó a Venezuela a los nueve años y se formó como periodista en este país. Para 1986 ya tenía cerca de veinte años de trayectoria en medios: fue directora de revistas como Momento y Élite, y fue contactada por los dueños de la agencia de publicidad AW Nazca Saatchi & Saatchi, Eduardo y Gloria Chibás, junto a Orlando Cuevas, para dirigir una empresa dedicada a las comunicaciones estratégicas.

“En cuanto llegué dije, ‘aquí me quedo’. Me gustó el ambiente, el trato… Pensé que haría algo nuevo y a mi manera, porque me gustan los retos”, recordó la profesional que entraba al mercado con competidores como Voz y Visión e Ítalo Pizzolante Comunicaciones.

Al principio sólo la empresa se llamó Comstat, la unión de las palabras Comunication y Strategic. A los dos años, gracias a  la alianza con una importante empresa internacional de comunicaciones, asume el Rowland.

El reto inicial sería no sólo desarrollar una cartera de clientes distinta a AW Nazca Saatchi & Saatchi, sino hacer entender a las empresas que su trabajo no era el de las relaciones públicas. “La comunicación estratégica es tener precisamente estrategias para construir relaciones y tomar de decisiones de un negocio. Las relaciones públicas son parte tangible de una estrategia, es uno de los ‘cómo’, entre otros servicios”, explicó Bernardini.

“Crear y ejecutar programas de comunicación que fortalezcan la cultura corporativa de nuestros clientes, despertando el interés en los medios de comunicación, propiciando diálogos con instituciones sociales, privadas y públicas, que permitan proyectar su imagen en la comunidad”, es nuestra misión.

Jeep de Venezuela sería su primer cliente. Luego vendría Procter&Gamble, trasnacional con la que trabajó por 28 años. Aquello era entrar por la puerta grande. Desde entonces acumularía experticia y experiencia en las áreas de consumo masivo, industrias farmacéuticas, tecnología, recreación y bienestar, industria automotriz, servicios financieros, telecomunicaciones y alimentos, entre otros.

Reputación propia y ajena

Comstat Rowland cuida su reputación y la de sus clientes. Sin embargo, la prioridad es la propia. “Parece un exabrupto, pero si no tenemos una buena reputación, los clientes no acudirían a nosotros. Pero si viene alguien que no es de reputación adecuada yo también perdería. Es un gran reto que uno se pone todos los días”, comentó. Lo cierto es que la reputación de Comstat Rowland es positiva, a juzgar por el tiempo en el mercado y la cantidad de clientes que ostenta.

Bernardini no se atreve a asegurar que su agencia sea líder, pues ya quedan pocas en el área de comunicaciones estratégicas con las cuales compararse. “Considero que tenemos una empresa sólida, práctica, pragmática. Comstat Rowland quiere ver el resultado de las acciones, no trabajamos por trabajar, ¡trabajamos por el éxito de un proyecto!”.

En casi cuatro décadas de trayectoria, acumula alegrías y sinsabores. “A mí me entusiasma mi trabajo, me alegra que un cliente esté satisfecho; mis compañeros de trabajo, porque he tenido equipos excelentes”, enumeró la vicepresidenta ejecutiva, quien agregó que la empresa ha sido cantera para la formación de nuevos talentos.

“Siempre digo que la comunicación se siente pero no se ve. Es como el aire. Me alegra cuando los clientes me dicen que han escuchado cómo sus mensajes claves están claros en el mercado”, aseguró Bernardini.

En contrapartida, “el principal sinsabor es cuando el cliente confunde las estrategias comunicacionales con herramientas de ventas y no ve que esta área es fundamental en el desarrollo integral del negocio… Es reputacional, para siempre. Gracias a Dios han sido casos muy esporádicos”.

Con la vista en el horizonte, Silvia Bernardini apunta a algunos retos. “El futuro lo veo positivo. Debo iniciarme en el área de mayor visibilidad a través de las redes sociales. Quiero aumentar la cartera de clientes y ver la posibilidad de aumentar el personal. Mi foco es crecer”, finalizó.

 

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