Por Gabriel Montiel Toro
No importa cuántas veces hayas invertido en tecnología este año. Si tus equipos no saben usar inteligencia artificial como parte del flujo natural de trabajo, estás dejando dinero sobre la mesa. Y lo más preocupante: alguien más en tu industria ya lo está aprovechando.
He trabajado con empresas de telecomunicaciones, y el patrón se repite: departamentos enteros con miedo a usar IA, no por desconocimiento técnico, sino por políticas internas que la bloquean. Y no, no es por temor a que se filtre la información hacia afuera, es por miedo a que otros dentro de la misma empresa accedan a información sensible. El problema no es la herramienta, es la cultura.
Mientras tanto, empresas más pequeñas están entrenando a sus equipos, optimizando procesos, automatizando tareas, generando reportes en segundos y tomando decisiones con menos desgaste operativo. Lo vemos en métricas, en ahorros, en velocidad, y en un equipo que respira menos estrés y responde con más agilidad.
Los líderes que están sacando ventaja no son los que contratan más ingenieros ni lanzan más productos, son los que tienen equipos entrenados para usar IA como copiloto.
Y no, no se trata de convertir a todos en programadores, sino de enseñarles a usar herramientas como ChatGPT, Gemini, Copilot o Perplexity para tareas del día a día: responder correos con contexto, redactar informes complejos o procesar grandes volúmenes de información. Pero esto no ocurre con una charla aislada o un video de YouTube, se necesita formación in company, práctica y enfocada en resultados.
Una empresa de cableado estructurado con más de 500 empleados redujo su tiempo de atención de averías en un 42% con automatizaciones asistidas por IA. Una telco con más de 200 puntos de venta triplicó la velocidad de cotizaciones luego de entrenar a su equipo comercial. ¿Qué pasaría si eso ocurre en tu empresa? ¿Dónde estarías tres meses después?
Objeciones comunes (y cómo desmontarlas)
- “No quiero que se filtre información confidencial”.
Los niveles de acceso existen. Se pueden crear entornos cerrados, con flujos por departamento y protocolos de privacidad. El problema no es la IA, es el diseño interno. - “Eso es para grandes empresas”.
Las mejores herramientas de IA tienen versiones gratuitas o de bajo costo. Y las más efectivas se pagan solas en semanas, por el ahorro de tiempo y la reducción de errores. - “Nuestros colaboradores no tienen el perfil para eso”.
Otro mito. No se trata de saber programar, lo importante es saber hacer las preguntas correctas y pensar en flujos. Con formación guiada, cualquier ejecutivo lo logra. - “No tenemos tiempo para formarnos ahora”.
Entonces que lo haga tu competencia primero.
La IA no compite con tu equipo. Lo hace exponencial.
Los departamentos no necesitan una nueva herramienta. Necesitan una nueva mentalidad. Recursos Humanos, por ejemplo, puede invertir horas valiosas en revisar currículums sin criterio uniforme o puede utilizar IA para filtrar candidatos de forma inmediata, basada en datos, habilidades clave y compatibilidad cultural para hacer una preselección en minutos, generar preguntas específicas para entrevistas, automatizar el onboarding e incluso evaluar el potencial del talento con herramientas que adaptan las pruebas al perfil de cada candidato.
En soporte técnico, ya no es necesario que los agentes pierdan tiempo categorizando tickets o buscando respuestas estándar: la IA puede clasificar los casos automáticamente, proponer soluciones en tiempo real y nutrir una base de conocimiento que aprende con cada interacción.
En operaciones, los reportes manuales y las decisiones lentas pueden dar paso a tableros automatizados que se actualizan en tiempo real, detectando cuellos de botella e identificando escenarios críticos antes de que sucedan.
El área comercial puede sustituir el desgaste de hacer propuestas genéricas y cotizaciones lentas, por flujos automatizados que desarrollen propuestas a medida, con lenguaje personalizado y seguimiento automático basado en comportamiento del cliente. Y la alta gerencia, lejos de depender de reportes desfasados o reuniones interminables, puede contar con un sistema que sintetiza datos, identifica patrones, resume reuniones y plantea escenarios de decisión en tiempo real.