@panaderiarositaccs, la ruta del éxito

Roberto dos Santos, director, le llama “El efecto Rosita” al boom viral de clientela que ha tenido su panadería, antes conocida sólo por un grupo de emigrantes europeos y amantes del buen pan. El core business de esta empresa familiar era la distribución  de pan artesanal y ahora “todo el mundo conoce o ha oído sobre La Rosita”, aquí explicó las razones.

Por Daniela Buceta

Fotos cortesía de Panadería Rosita

“El efecto La Rosita” comenzó por la visión a futuro, la modernización de equipos y siempre con un buen pan. “Calidad todo, sin calidad nada” es su filosofía y eslogan interno.

“¿Ahora qué hago?” La pandemia fue el punto de inflexión para replantearse el negocio o ir a la quiebra. Su sustento eran los restaurantes y estaban cerrados. Así surgieron las alianzas estratégicas con los supermercados para acercar el pan a su público y de inmediato el efecto multiplicador del boca a boca  se hizo evidente.

¿Esto es La Rosita?

“La esposa de un cliente y amigo insistió en conocer el sitio donde se hacía el pan que tanto le gustaba, pero al llegar, con notorio desagrado dijo “!¿Esto es La Rosita?!” Allí entendimos que nuestro público había cambiado y nosotros teníamos que adecuarnos a ellos si queríamos mantenerlos cautivos”. Con la guía de un arquitecto interiorista se diseñó la nueva imagen de la tienda. A la par, se trabajó la identidad de marca y el logo con la agencia Queiroz Publicidad, así como la activación de las redes sociales y una valla en la autopista. “¡Todo esto estaba escrito en una hoja de ruta”, explicó el director.

Hace 8 meses fue el cambio de imagen del local pero llevan 3 años trabajando en el proyecto. “La modernización de los equipos y la expansión del área de producción fue paulatina”. El gerente aseguró que para ofrecer un buen producto hay que invertir en tecnología y para atraer a los clientes, innovar, estudiar las tendencias, modernizar las técnicas, observar- escuchar al público e identificar  los nichos de mercado. Enfatizó además en el tiempo y la dedicación en la formación de su personal. Para Dos Santos “la clave del éxito es que no hay una clave sino una sumatoria de variables que englobadas en un proyecto logran dar frutos”. También compartió una sentencia: “los negocios son el reflejo de su gerencia. Observen al gerente de una empresa, su manera de vestir y  actitud. Cuando el negocio está decaído y feo es su reflejo, y tan fehaciente es esta afirmación que al hablar con él te das cuenta que sólo son quejas, política y pesimismo. ¡Un cambio de actitud y buena vibra atrae lo positivo para el negocio!”.

Resumió acciones clave: “Debe prevalecer el  enfoque en una meta y hacer una hoja de ruta, dejar claro dónde te visualizas y eso fue lo que se hizo en La Rosita. Nuestro objetivo fue y es  permanecer como panadería, no convertirnos en bodegón”.

Maximiza lo positivo y minimiza lo negativo es otra filosofía de su gestión. El pan de ellos siempre ha sido vegano, ¡maximizaron este aspecto positivo!: lo hicieron público y conquistaron un nicho de mercado que se une a la tendencia healthy. La oferta también se diversificó, incorporaron el pan de centeno con cranberry, almendras o uvas pasas y nueces. Importaron harina de espelta y producen pan libre de gluten para intolerantes. El gerente destacó que este es un nicho en crecimiento.  Los bollos preñados con chorizo están entre sus productos más demandados y el pan de chocolate con concha de naranja, se integra a  sus propuestas más exóticas.

El producto estrella

Identificaron la popularización de los dulces de nata portugueses como una tendencia mundial, así que trajeron desde Portugal a un pastelero especializado en la confección de este postre para dictar el curso de inducción al equipo. Se hicieron varias pruebas hasta conseguir el verdadero sabor tradicional.  La estrategia detrás de este postre es posicionarlo como el producto estrella. Para correr la voz: el día de la reinauguración de la panadería invitaron a personas de renombre e influyentes dentro de la colonia portuguesa, luego se replicó la misma estrategia a gran escala con presencia de los dulces de nata en las celebraciones y eventos del Centro Portugués y así la comunidad lusitana fungió como embajadora y multiplicadora del mensaje.

“Próximamente se verá un pan gigante paseando por la ciudad en un carro eléctrico mini”.

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