César Miguel Rondón

Si estuviéramos obligados a escribir en un párrafo todo lo que César Miguel Rondón ha aportado a la historia de los medios de comunicación en Venezuela, sería una tarea difícil. Pero podemos hacer el intento de resumir sus distintas facetas: periodista, crítico de cine, guionista, cronista musical y locutor. Esta última, sobre todas las demás, es su principal carta de presentación.

Por Eudomar Chacón Hernández

Fotos cortesía de César Miguel Rondón

Rondón, quien nació en México en 1953 durante el exilio forzado de sus padres en el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, llegó a Venezuela a la edad de cinco años, y desde entonces se enamoró de nuestra cultura. Tenía sólo siete años cuando fundó su primer periódico, “La ratonera”, una crónica familiar en la que se contaban chismes del día a día en su familia.

Desde ese momento, y sin tener mucha conciencia de lo que hacía, comenzó a dejar registro histórico de Venezuela y su gente. Hoy, nuevamente desde el exilio -vive en Miami- sigue retratando nuestra historia.

¿Cuál considera fue la época dorada de la publicidad venezolana?

Yo empecé a trabajar seriamente en la publicidad en los ochenta. Esos años y los noventa fueron esplendorosos. Siento que la industria tuvo un gran momento, en el que todo fue creciendo. Pero llegó la oscuridad, cuando entramos en esta historia que hemos vivido en los últimos años.

Como dramaturgo, usted fue una pieza fundamental durante el momento de las grandes telenovelas venezolanas. De todas las que escribió, ¿cuál es su más querida?

Todas tuvieron su encanto, su belleza y son especiales para mí. “Ligia Elena”, por ejemplo, fue mi primer proyecto; “Las amazonas” representó un gran reto, porque fue la primera telenovela con un elenco grande que heredaba de Delia Fiallo; “El sol sale para todos” supuso una ruptura en la manera en que se contaban las historias; en “Niña bonita” tuve que aprender a trabajar a contrarreloj; “Ka Ina” resultó en muchísimas innovaciones para la época; y “Guerra de mujeres”, que escribí con Mónica Montañez, me dio muchísima felicidad.

¿Alguna campaña publicitaria memorable que recuerde?

Todo lo que se hizo para Graffiti en los años noventa.

¿Un error recurrente en su vida?

No aprender, aún a estas alturas de la vida, a decir que no.

¿Un principio inquebrantable?

Los principios, principios son. El detalle está en cómo terminan. A veces algunos pueden terminar quebrados. Pero yo creo que la lealtad es algo que no se debe quebrar.

¿Un hecho de su vida que quisiera borrar?

Todo está borrado.

¿Qué es lo que más extraña de Venezuela?

A Venezuela.

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