Por Gabriella Delgado Petit
Foto cortesía Darío De La Vega
Un publicista de amplia trayectoria, que impulsó la profesión no sólo a través de sus trabajos con agencias y anunciantes, sino también desde el ámbito académico. Sociólogo de profesión, comenzó a finales de los años 60 en el departamento de Investigación de Walter Thompson, donde introdujo técnicas de análisis del consumidor, como las Group Sessions. Después pasó a ser director de cuentas y de la mano de Lee Preschell fue ascendido a vicepresidente.
“La situación país era muy buena desde el punto de vista de la creatividad. La publicidad era excelente, se hacían trabajos extraordinarios. No había publicistas de carrera, eran de diferentes profesiones, como abogados o periodistas, los directores de arte eran pintores. A principios de los 70 fundamos el Instituto Universitario de Mercadotecnia, ISUM, y fue un gran éxito; todo el mundo quería ser publicista. Las agencias se robustecieron muchísimo. JWT Venezuela facturaba más que Brasil”, describió De La Vega.
Luego de 15 años en Thompson, se fue a ARS Publicidad como gerente general, pero tres años más tarde Lee Preschell le ofrece la vicepresidencia de JWT para México. “La cuenta de Ford se estaba perdiendo, así que fui allá para salvarla y afortunadamente logramos retenerla”.
De regreso en Caracas, asumió la presidencia de FCB y más tarde se une a BBDO como vicepresidente ejecutivo. “Posteriormente pasé a un retiro temprano, hasta que me llamaron de Telcel y allí empezó la carrera en mercadeo”.
Otra técnica
En la operadora telefónica permaneció cinco años, hasta que se hizo la unión de la marca Telcel Bellsouth. Seguidamente pasó al Banco de Venezuela, Grupo Santander, donde participó en el cambio de identidad de la institución. “El banco tenía una imagen muy avejentada y logramos darle una identidad moderna, con estrategias completas”.
Luego, De La Vega ingresó a Publicis, donde trabajó como asesor. “En ese momento me volví a retirar, pero me llamaron del BOD y me fui como Vp de Mercadeo. Allí estuve cinco años. Hicimos un cambio de imagen interesante y logramos darle un concepto joven al banco, lamentablemente a nivel estructural la empresa no pudo responder por problemas de carácter político. Después de eso me vine a Florida”.
En directo
¿Una campaña especial?
La que hicimos para la cadena de supermercados CADA, llamada Gente de mi país, fue extraordinaria.
¿El momento más difícil de su carrera?
La llegada a México a una agencia que estaba prácticamente quebrada. Tenía varias cuentas en licitación, había perdido clientes grandes y no éramos bien recibidos los extranjeros. Llegué a tener 15 talentos internacionales como apoyo para trabajar, entre ellos un brasileño, Bobby Coimbra, quien era el director creativo. Al final todo cambió de manera positiva, ganamos la cuenta, se consolidó la agencia, comenzó a crecer y fue una de las primeras del mercado.
¿La mejor época de la publicidad en Venezuela?
Las décadas de los 70 y 80. Se hacían buenas campañas, se movía mucho dinero, había grandes inversiones.
¿Qué es lo que más extraña de la publicidad?
La actividad. El mundo publicitario te amarra porque siempre te presenta retos pequeños, que debes resolver. Eso es lo que te da la dinámica y te hace sentir que cada vez harás las cosas mejor. Quien no sienta eso, no puede trabajar en comunicación comercial.