La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) se crea en 1953 por decreto de la Conferencia Episcopal del momento, con el interés de desarrollar una nueva experiencia en el ámbito educativo.
Por Alexandra Castillo
Fotos Iván Fraga
Con 70 años recién cumplidos, Arturo Peraza, actual rector, comentó: “Se ha venido desarrollando y generando todo un plan estratégico y un modelo de organizar la Universidad, no solamente desde la visión de una simple prospectiva del presente, si no entendiendo lo que el futuro está trayendo y ver lo qué podemos hacer hoy para atender eso que el futuro pretende plantear. Es distinto porque si te proyectas desde el presente, en el fondo no hay cambio sino continuidad inercial, en cambio la otra fórmula te obliga a revolucionarte internamente y te lleva a pensar cuáles son las alternativas”.
Eso explica la aparición de opciones no tradicionales como las Academias, además de reformas de carreras y replanteamientos de cómo la universidad se ve a sí misma y cómo rediseñar sus procesos de formación.
Con un año en la UCAB, Peraza tiene por objetivo principal dar continuidad a lo establecido por el antiguo rector, José Virtuoso. “Creo que la diversificación, en formación, en pregrado, es postgrado, es un tema elemental y cuyo significado va a variar de acuerdo a dónde lo apliques. El sistema de las Academias es un buen ejemplo. En este momento las tenemos activas en áreas como gastronomía, moda, diseño, e-sport y diseño computacional. En todas hemos tratado de establecer alianzas con la empresa privada, un factor clave por temas de inversión y por darle ese elemento funcional”, afirmó.
La Academia no solamente es aprender un arte y oficio, cosa que también, además es la oportunidad de adquirir conocimiento práctico en gestión administrativa o finanzas personales; en gastronomía, gestión de despensa, por ejemplo. “Además, hay un conjunto de áreas donde empiezas a mezclar oportunidades. Es algo intensivo. Requiere un compromiso muy grande por parte de los estudiantes”.
Pre y Postgrado
“Hemos abierto algunas de las carreras que ya estaban aprobadas, como es el caso de Arquitectura, que ya lleva 4 semestres. Se hizo un equipamiento tecnológico que nos ha puesto en el tope de la tecnología”, dijo Peraza.
En el caso de la carrera de Comunicación Social, “reformulamos el pensum y hemos pasado a una carrera de ocho semestres en total. En la reforma se planteó la necesidad de no entrar en un modelo estructural como si estuvieras armando un carro, entendiendo que los alumnos quieren respuestas mucho más rápidas, con procesos más breves y prácticos, sin dejar de lado la teoría. No obstante, la Universidad da un peso muy importante a la formación teórica porque creemos que este conocimiento es clave para manejarte en un mundo en constante cambio”.
La Católica cuenta en la actualidad con 13 carreras, 4 academias, (una nueva dentro de poco).
Entre las carreras más demandadas se encuentra Comunicación Social, Ingeniería informática, y en este momento, sin duda, Arquitectura.
En postgrados, la cantidad puede oscilar entre 80 y 100. No todos están abiertos en simultáneo. Cada facultad puede tener hasta cinco programas de maestría. También cuentan con especializaciones o cursos. Para iniciar el semestre próximo, hay 58 postgrados activos.
Becas
Los programas de becas se han fortalecido y actualmente la UCAB cuenta con un 30% de becados. “Hablamos de una población de entre 1800 y 2000 estudiantes, con una beca promedio de 50%. Si lo multiplicas por el valor de un año, obtienes una cifra significativa y un apoyo muy fuerte que da la universidad, esto gracias a importantes donantes”, indicó Peraza.
En el caso de beca trabajo, se ha orientado para que también funcione como pasantía y que pueda servir de currículo al momento de finalizar la experiencia.
Admisión
Hay dos grandes momentos de admisión en la universidad: marzo y septiembre.
Sin embargo, hay otras opciones: los postulantes pueden ingresar a la universidad a través de un curso propedéutico, que tiene una doble misión: mejorar las competencias en el área de matemática y lecto-escritura, así como fortalecer algunas deficiencias de formación del bachillerato. “Este mecanismo se produce en distintos cortes a lo largo del año. Dura cerca de dos meses. Los alumnos pueden comenzar a participar en el programa desde cuarto año, inclusive”, resaltó.
Por otra parte, los aspirantes pueden simplemente asistir a presentar la prueba general que comienzan a partir de noviembre. Una vez aprobada, solicitar el ingreso.